
El mundo del jazz chileno tiene un nombre ineludible: Christian Gálvez. Reconocido bajista, compositor, productor musical y educador, Gálvez es una figura central en la escena nacional e internacional. Su habilidad en el bajo de rango extendido y su dominio de técnicas como el «Chord Melody» lo han posicionado como un innovador. Ha sido galardonado con el Premio Altazor en múltiples ocasiones y el Premio a la Música Nacional Presidente de la República. Además de su prolífica carrera como solista, con 25 álbumes editados, es el fundador de Pez Records, un sello discográfico que ha impulsado a más de un centenar de artistas y se ha convertido en un referente para el jazz en Chile.
En una conversación exclusiva con Revista Fortalece, Christian Gálvez nos sumerge en la fascinante historia de Pez Records, sus desafíos y sus logros.

¿Qué te motivó a fundar Pez Records en 2002 y cuál era tu visión inicial para el sello?
«Los orígenes de Pez Records se remontan a una necesidad personal y una oportunidad tecnológica», explica Gálvez. Tras grabar sus dos primeros discos solistas con Bolchevique Records, se encontró con los costos millonarios de los estudios profesionales. «Era como o te comprabas un auto cero kilómetro o grababas un disco. Yo tuve una buena racha económica entre el 96 y el 2000 y decidí invertir en mi música».
Alrededor del año 2000, una «súper revolución tecnológica» hizo que el equipamiento de estudio profesional se volviera accesible. Inspirado por la inquietud de su adolescencia de tener un home studio con su hermano Rodrigo, Gálvez vio la oportunidad. «Empecé a mirar los costos de arrendar un estudio versus usar esa plata para comprar mis propias cosas. Invertí en micrófonos, una consola pequeña, monitores. Mi primer disco en 2000 fue un éxito, me permitió hacer giras y generar recursos para invertir más».
Para 2002, su home studio ya era una realidad, equipada con tecnología de punta para la época. «Empecé a hacer trabajos para amigos para dominar el lenguaje del estudio digital. El puntapié inicial de Pez Records fue la grabación del primer disco solista de Nicolás Vera, El Fiasco Contemporáneo«. Este álbum, que reunió a talentos emergentes como Pablo Menares y Agustín Moya, marcó el inicio del sello. «Instalamos la maquinaria en una sala del Club de Jazz. Luego, cuando el estudio de Daniel Lencina padre e hijo se achicó, les compré sus máquinas análogas digitales, lo que nos dio un salto de calidad tremendo. Así empezamos a crecer, invirtiendo en microfonía y en los artistas». Desde su tercer disco en adelante, la música de Gálvez ha sido producida bajo el alero de Pez Records.
La Evolución de la Producción Musical: Sonido Genuino y Tecnología de Punta. A lo largo de los años, has producido más de veinte álbumes bajo Pez Records.
¿Cómo ha evolucionado tu enfoque de producción desde los primeros proyectos hasta los más recientes?

«Con el sello y siempre anclado en el estudio Pez Record, hemos editado diversos trabajos de muchísimos artistas y múltiples tipos de música», detalla Gálvez. El sello ha sido transversal, grabando desde jazz hasta música popular, y cuenta con un catálogo impresionante: «Yo he editado 25 discos solistas aquí, y con el último código subido, podríamos decir que tenemos más de 100 discos editados con Pez Records en estos 25 años». Este legado incluye proyectos con artistas internacionales como Scott Henderson, Frank Gambale, Ron Carter, Toniño Horta y Luis Salinas, consolidando a Pez Records como un sello internacional.
En cuanto a la producción, Gálvez enfatiza el cambio tecnológico. «Lo que ha variado ha sido la posibilidad de tener maquinaria de punta«. Menciona la adquisición de una APR24, una máquina análoga de cinta de 24 canales, en 2005, con la que se grabaron discos premiados como El Imaginario y América Luz. Un hito clave fue la incorporación de una consola Solid State Logic, «una de las mejores consolas de la historia del mercado», que elevó el estudio a un nivel «estratosférico».
Sin embargo, el enfoque artístico no ha cambiado. «Siempre me he guiado por el sonido propio de los proyectos. Procuramos que las bandas tengan su propio sonido», afirma. Esto se traduce en el uso de instrumentos reales (Fender Rhodes, órgano Hammond B3), evitando samplers a menos que la estética lo requiera. «Siempre tratamos de sacar un sonido real. Si un baterista quiere sonar como el de Megadeth, primero tiene que tocar como el de Megadeth y tener su batería. Es desalentador al principio, pero al final los músicos entienden que es mucho más gratificante tener su propio sonido». Esta filosofía ha llevado a Pez Records a especializarse en música acústica, con los discos de Gálvez sirviendo a menudo como «conejillos de Indias» para la experimentación.
Colaboraciones Destacadas: Un Aprendizaje Constante y Expansión Internacional
Has trabajado con artistas de renombre internacional. ¿Cómo se gestaron estas colaboraciones y qué impacto han tenido en tu carrera y en la proyección de Pez Records?
Gálvez ha tenido la fortuna de trabajar con músicos de «altísimo nivel» desde su primer disco, donde contó con Valery Ponomarev. «La carrera y el camino te van haciendo amigos», reflexiona. Un punto de inflexión fue la colaboración de Scott Henderson en el disco Respiración de Rosana Saavedra. «Ahí fue como decir, ‘Oye, si tenemos los recursos y la cercanía, ¿por qué no atreverse a invitarlos a grabar?'».
Desde entonces, su discografía solista y los proyectos de Pez Records han incluido a gigantes como John Patitucci, Eddie Gómez, Ron Carter, Frank Gambale, Toniño Horta, Luis Salinas, Farid Haque y Billy Cobham. «Parte por esa inquietud de internacionalizar mi trabajo personal y tener ese roce internacional con el sello», explica. Proyectos como Cuerdas del Sur, grabado en Brasil pero editado bajo Pez Records, son prueba de esta visión.
Cada colaboración es un «aprendizaje». Gálvez recuerda la sesión con Frank Gambale en Chile, donde el guitarrista pasó horas perfeccionando su sonido con el equipamiento del estudio. «Aprendimos un montón». Lo mismo ocurrió con Ron Carter, quien escogió un contrabajo específico por su resonancia con la sala. «Uno se va quedando como productor con ese aprendizaje, afinando el detalle de qué cosas poner, qué microfonía, cuántos micrófonos y en qué lugar. La música acústica requiere esa fineza».
Innovación en el Jazz Chileno: Abriendo Caminos para Nuevas Generaciones

¿De qué manera consideras que Pez Records ha contribuido a la innovación y desarrollo del jazz en Chile?
«Decir que Pez Records es el primer sello de jazz chileno es un orgullo para mí y para todo el equipo», afirma Gálvez, destacando el rol fundamental de Fernando Boch, quien ha estado a cargo del estudio casi desde el principio. «El ser el primero, eso abre la puerta. La cantidad de sellos independientes que salieron después fue también un motivo de orgullo, porque muchos los hicieron artistas a quienes Pez Records apoyó al principio».
Gálvez señala que Pez Records se diferencia por su compromiso con la inversión en infraestructura: «Parece que somos los primeros en aparecer como primer sello discográfico de jazz de Chile y parece que somos los últimos en quedar, porque los otros sellos han ido cambiando de mano, nunca invirtieron en estudios». Para él, el aporte principal del sello ha sido «descubrir siempre nuevas generaciones, apoyando a nuevos artistas«. Actualmente, están grabando a la «cuarta o quinta ola del jazz chileno», con músicos como Vacuno Salas, Pedro Olivares, Dani Monsalves y Juan Pablo Salvo. «Esos son los músicos nuevos que están viniendo a grabar con nosotros, sus discos propios, y son los que ahora están en todas las portadas, en todos los festivales, nominados en todos los premios. Creo que ese es nuestro aporte: siempre estar empujando a las generaciones nuevas a hacer sus trabajos de forma lo más original posible».
Desafíos en la Industria Musical: Arqueología del Futuro. ¿Cuáles han sido los principales desafíos que has enfrentado como productor independiente en la industria musical chilena?
Gálvez aborda los desafíos con una perspectiva particular. «No le tomo demasiada importancia a las cosas negativas que pueden pasar. Siempre he pensado que esto que hacemos, con mi carrera solista y el sello, no es un trabajo para hoy, es un trabajo para el mañana. Estamos haciendo arqueología del futuro, registrando momentos únicos de artistas que ya no están y otros que están apareciendo, para que alguien en el futuro les dé valor».
El mayor desafío, según él, es el financiero: «Cómo lograr financiarlo, cómo lograr tener siempre la tecnología de punta, siempre es un esfuerzo económico muy grande». A nivel de producción, su premisa es clara: «Sacarle el mejor sonido al artista y que las bandas estén bien trabajadas y ensayadas». El desafío para los artistas que graban en Pez Records radica en su enfoque de live session, priorizando la espontaneidad y la captura del momento real. «Exigimos cierto nivel de música real. Es muy rara vez que se rehaga un solo o que se pinche algo».
«El desafío de la industria hoy me tiene absolutamente sin cuidado», afirma Gálvez con convicción. «Al haber hecho una inversión tan grande en tiempo, energía y recursos para tener un estudio como el que tenemos hoy, una maravilla acá en medio de la montaña, en el Cajón del Maipo, que fue un sueño perseguido por muchos años. Este es un espacio para venir a crear. Como sabemos que no vamos a vender copias, lo hacemos por el arte, por la música y por registrar los nuevos sonidos del jazz».
Educación y Formación: Devolver la Mano a Través de la Música

: Además de tu labor como productor, has estado involucrado en la educación musical. ¿Cómo se complementan estos roles y qué importancia le das a la formación de nuevos talentos?
Con una vocación docente que corre por sus venas, heredada de su abuelo y su padre, Christian Gálvez ha estado enseñando desde los 14 años. «Es algo que ha venido conmigo de siempre y lo hago con mucho cariño, con mucho amor». Ha participado en la formación de múltiples escuelas y conservatorios a lo largo de Chile y ha tenido sus propios proyectos.
Actualmente, es director de la Escuela Núcleo (Núcleo de Estudios de las Artes y Música de Avanzada). «Aspiramos a ser la primera escuela de música de jazz gratuita de Chile«, revela. Este proyecto tiene un profundo «vínculo social», con la creencia de que «la música o el arte salvan vidas». Gálvez se siente en el deber de «devolver la mano» y transmitir lo que otros maestros le han enseñado, siguiendo el ejemplo de su familia y amigos como Andrés Godoy, Cristian Barken, Toño Restucci y Donald Llanos, quienes lo apoyaron cuando era joven.
Para Gálvez, sus múltiples roles se complementan perfectamente. «Enseñar, tocar, grabar, producir, para mí es como una gran fuente de energía, de inspiración y también es mi fuente laboral». Cree en la capacidad humana de hacer múltiples actividades, aspirando al arquetipo «Da Vinci». «Si tengo esto y lo puedo enseñar, tocar y producir, le saco el jugo a la mente para que sea productiva y al corazón para que sea generoso y trabaje en pos de los demás. Al final, las caras de los productores, ingenieros, músicos y profesores de música nos laten de la misma forma y estamos detrás de los mismos objetivos: empujar el carro de la música».
Proyectos Recientes: Sudaka Jazz Corp y la Colaboración con Leyendas.
Recientemente, has participado en proyectos como Sudaka Jazz Corp junto a Billy Cobham. ¿Qué nos puedes contar sobre esta experiencia y su relación con Pez Records?

El último proyecto internacional que vio la luz, aunque hay varios simultáneos, es Sudaka Jazz Corp, un sueño hecho realidad gracias al apoyo de Lucas Nervi. «Yo toco con Billy Cobham desde el año 2005, este año cumplimos 20 años tocando juntos», cuenta Gálvez. La experiencia de que Cobham «le pusiera una batería a una canción mía fue el sueño hecho realidad».
El álbum, grabado en Suiza en el estudio Massif, incluye temas de Gálvez, Emilio (Emilio García) y Quintino Zinali, y cuenta con un «featuring maravilloso» de Jeff Berlin en el bajo en dos canciones, además de una orquesta de cuerdas. «Fue una experiencia hermosa hacer este disco y creo que nos va a traer muchas satisfacciones. Ya estamos en carrera en múltiples premios internacionales». Este es el «último disco» que ha grabado Billy Cobham hasta la fecha, lo que subraya la importancia del proyecto.
La producción de Sudaka Jazz Corp fue realizada bajo la etiqueta Pez Records, con el staff de planta del sello, incluyendo a Fernando Boch. La mezcla y masterización se hicieron en Los Ángeles, California, con el renombrado Arturito «Tura» Medina. «Armamos un equipazo desde lo artístico y lo técnico. Esto le da otro espaldarazo a la producción internacional de Pez Records», concluye Gálvez. Actualmente, también están terminando un disco grabado en Argentina junto a Iván Lins y Tulio Molina.
Futuro de Pez Records: Una Maratón de Registros Musicales.

¿Cuáles son tus planes y objetivos para el futuro de Pez Records en los próximos años?
«La verdad es seguir en la misma senda, seguir en el mismo trabajo», asegura Gálvez sobre el futuro de Pez Records. El objetivo es mantener el enfoque en el más alto nivel tecnológico y artístico, uniendo ambos mundos. Enfatiza la importancia del apoyo de distribuidores locales como EAS Limitada, Factorizound, Croma, Ricardo Enriquez, Nibaldo Naranjo, y fabricantes de instrumentos a medida como José Ananías. «Sin el apoyo de ellos sería muy, muy difícil estar en ese alto nivel. No sacas nada con tener las ganas y las ideas si no tienes una buena interfaz, una buena plataforma para llevarlas a cabo».
Gálvez se considera afortunado por haber perseverado con el proyecto a pesar de las adversidades personales, familiares y económicas. «Hemos superado todas las vallas posibles para tener este proyecto en marcha». Para él, el futuro es una carrera de largo aliento, una maratón. «No tengo un objetivo específico ahora de ‘voy a hacer esto’, no. Para mí es un objetivo general: registrar lo que sucede en el jazz chileno, y en eso estamos. El que se alinee con esa premisa va a ser parte de esta familia».
Impacto Cultural: Un Enfoque en la Constancia, No en la Medición
¿Cómo percibes el impacto cultural de Pez Records en la escena musical chilena y latinoamericana?
Con una franqueza refrescante, Christian Gálvez responde a esta pregunta sin rodeos: «La verdad es que no tengo forma de medir eso. No sé cómo responderte y tampoco me la hago ni me preocupa». Su filosofía se centra en la consistencia y el trabajo duro. «Creo en el trabajo firme, constante, y eso a mí, por lo menos, me da un piso fuerte donde yo poder dar pisadas fuertes también. No estoy pensando tanto en qué es lo que voy dejando o lo que vamos dejando con este proyecto alrededor. Seguimos para adelante, no más».
Consejos para Nuevos Productores: Confianza en la Nueva Generación.
¿Qué consejos le darías a quienes desean iniciar un sello discográfico independiente en el contexto actual?

Gálvez, con su vasta experiencia, sorprende al afirmar: «No tengo ningún consejo que darles porque creo que ellos saben muy bien lo que quieren». Su confianza en la nueva generación de productores es palpable. «Si alguien se atrevió a correr el velo y embarcarse en una historia como esta es porque tiene la convicción, la energía, la juventud y la fuerza para dedicarse a esto».
Se ve reflejado en esos jóvenes, recordando sus propios inicios a los veintitantos años, cuando creyó en su instinto y formó equipos que con el tiempo se convirtieron en una familia. Destaca que la generación actual tiene «todo a favor», similar a cómo él tuvo la apertura tecnológica en su momento. «Hoy en día, con todo esto, con la inteligencia artificial, que yo no la veo como una amenaza, la veo como un súper aporte para lo que venga en el futuro».
«Creo que si hay alguien que está plantado con sus ideas claras, con su corazón limpio y con ganas de hacer lo imposible, lo va a lograr, porque en estos tiempos tenemos las herramientas para poder lograrlo», sentencia. Su mensaje final para ellos es de cariño, amor y el deseo de «todo el éxito en todo lo que emprendan».
Christian Gálvez, a través de su mirada única y su incansable labor con Pez Records, no solo ha moldeado el sonido del jazz chileno, sino que también ha forjado un camino para futuras generaciones. Su dedicación al arte, más allá de las métricas de la industria, es un testimonio inspirador para cualquier creador.
Revista Fortalece 2025
